1 No os afanéis por vuestra vida,
qué habéis de comer,
o qué de beber, o qué de vestir.
¿No es la vida más que alimento?
¿No es el cuerpo más que el vestido?
Mirad las aves del cielo,
que no siembran ni siegan,
ni recogen en graneros,
y vuestro Padre celestial las alimenta.

2 No os afanéis por el mañana,
gente de poca fe,
¿Por qué tanto afán y tanta ansiedad?
Mas buscad las cosas de arriba,
las demás serán añadidas.
Mirad los lirios del campo,
no trabajan ni hilan,
cómo visten tan galanos,
que ni siquiera Salomón pudo igualarlos.

3 Basta su mal a cada día.
¿Quién por mucho querer,
por más que se afane podrá añadir
simplemente un codo a su cuerpo,
y aumentar así su estatura?
Buscad de Dios lo priero
y del reino de Cristo;
porque es vuestra la esperanza
y es el consuelo alentador
del Santo Espíritu.